Bueno, de momento, y en cuanto al tema del RC, ahí va mi debrief sobre los vuelos que nos pegamos con los Lama en la Campus Party 2008 en Valencia. Luego sigo con el debried de los vuelos de Dankodog, que dejó a todos con la boca abierta...
Al final, mi Comanche ha sobrevivido a la Campus. Y pensaba que no iba a hacerlo!
En el Área de simulación estábamos 3 Lama: Toni con fuselaje de Sioux pero tuneado con motores, palas y baterías X-Treme, Dankodog con un Chinook double Twister, y mi Co-Comanche.
Danko también se trajo su avión indoor, pero eso es materia para un debrief para él solo, qué arte de vuelo!!!
El primer día el Chinook cascó, saliéndole humo y todo. Probablemente, el variador. Lástima, porque era muy grande y hubiese sido un espectáculo.
Volé el Comanche tomándole las medidas a la zona, para encontrarme con corrientes de aire que, por suaves que fuesen, me afectaban en vuelo. La anécdota fue que al llevarlo en vuelo de un pavellón a otro, lo pude sacar del pabellón 1, pero al querer meterlo por la puerta en el 2, no quería entrar por la leve corriente de aire que hacía!
Luego, el primer día no había aire acondicionado, por lo que la gente me pedía que se lo dejase en estacionario sobre su cabeza, del aire que hacía el bichito. Al principio cedía a las peticiones, luego la prudencia me llevó a no sobrevolar a nadie al precio que fuese.
Tampoco era aconsejado volarlo muy alto, porque descubrí con preocupación que a 10 metros de altura las corrientes aran más fuertes y podían hasta provocar el choque de palas o remolinos en los que el heli se metía y quedaba sin apenas control de cíclico. Por un caso así lo aterricé de emergencia una vez tras un choque de palas sin consecuencias, y una segunda vez se me cayó de lado provocando desperfectos leves en el carenado y saltando el rotor de cola decorativo. El soporte de las ruedas también cedió, y lo tuve que sustituir, para lo que ya venía preparado. No se rompió más.
Hechas las reparaciones iniciales, fue un contínuo de cargar baterías y volar. Toni, el del Lama tuneado también sufrió caídas, pero al volarlo él a mayor altura, requirió incluso de cambios de eje y reajustes más serios.
Reparados ambos, nos dedicamos a volarlos juntos, notando que el rebufo de un aparato afectaba mucho al del otro, en especial si uno volaba por encima, mandándolo al suelo en un fuerte descenso. El Lama tuneado me daba 100 vueltas en agilidad de guiñada y colectivo. Si él daba gas, yo era incapaz de seguirle. La cosa se mitigaba un poco si yo usaba una batería suya prestada, pero sus actuaciones seguían siendo superiores.
En éstas que ya era el día del arranque, los medios y los campuseros ya llenaban el recinto. Cada vez que levantábamos el heli, la gente se paraba a mirar, hacerle fotos y los cámaras y la prensa venían corriendo.
Una locutora de Canal 9 me pidió que se lo pusiese delante cuando emitieran en directo. Cargué baterías, me preparé, y allí estaba bien nervioso, mientras Toni intentaba reparar un problema que tenía con sus engranajes. En esto que conectan en directo. Lo pongo en estacionario fuera de escena, y cuando la locutora termina el speech, el cámara me hace una señal y se lo pongo delante, en el escaso metro de distancia entre él y la presentadora. Meto pedal a derechas, el helicóptero gira de frente a la cámara, pero pierde altura y una corriente me lo lleva hacia adelante, hacia el cámara. Cuando veo que no puedo corregir, corto gas y las dos palas impactan en el brazo del tipo. Alarmado, le pregunto si se ha hecho daño, y nada, ni un rasguño. La presentadora acaba bastante cabreada, pero el cámara no se ha hecho daño y el heli ha salido en antena.
Un fotógrafo me pidió si lo podía poner en estacionario al lado de un campusero sentado en su cockpit. Vale, lo hice, pero sufrí de lo lindo al ver lo cerca que volaban las palas del track ir del chico. Total, para que luego esa foto no apareciese publicada.
Uno de los responsables máximos de Campus me ve volarlo y me pide que extreme el cuidado. Le respondo que lo vuelo sólo a un máximo de dos metros del suelo y evito sobrevolar a nadie. Lo estoy llevando por el pasillo principal del pavellón, por los pasillos laterales... cuando alguien se me acerca o si hay mucha gente, lo acerco a mí. Lo levanto a mi altura, lo pongo en estacionario, le doy besitos en la cola, que a su vez me resguarda la cara de las palas por lo que fuese. Los fotógrafos que ven eso se vuelven locos a ráfagas de fotos, pero sigo sin ver ninguna foto de eso, y mira que lo hice de veces!
Las baterías se agotan ahora con mucha rapidez, a los pocos minutos el heli desciende hasta aguantarse sobre el efecto suelo a un palmo de altura, y me lo llevo de paseo así durante unos minutos más, como quien lleva un perrito.
El tren de aterrizaje resiste a algún que otro pequeño aporrizaje o contacto de palas contra algo, pero claro, a escasa altura. La flybar empieza a dejar marcas sobre las palas inferiores. Todo el conjunto de palas está resistiendo sin nigún arañazo ni rotura, lo cual me reafirma en mi acierto por apretar las palas. Sólo tengo que realinear la flybar, que se dobla en algún golpe de los que me meto.
Nos dicen que venden Lama en el estand de juguetrónica, pero que ha sido vetado a los que han intentado comprarlo. Creemos que tienen miedo a que la campus se llene de novatos ostiándose con el Lama y alguien se haga daño.
Cada vez más gente se viene a preguntar por el helicóptero. Hay veces que llego a mi cockpit y ya tengo a dos o tres esperando para preguntarme. Me preguntan si es difícil, que cuánto vale, que si me lo he fabricado yo, y unos pocos que si se lo dejo. Y yo no se lo dejo a nadie, pero para eso he traído el simulador RC y les dejo probar ahí, que romper helis es gratis si son virtuales.
Uno se trae un Honeybee, lo hacemos volar detrás de simulación medio escondidos, y el heli se revela realmente inestable, traicionero y peligroso por la velocidad de giro de sus palas, aparte de tener problemas de ajustes. No se vuela más ese heli.
Otro me pregunta poco después que qué tal el Honeybee, y le insto a probarlo en el simulador. Tras cargárselo a los 3 segundos de vuelo, desiste de comprárselo. Por lo menos no para aprender.
Los retos con el heli van a más. Primero Toni aterriza el suyo en un taburete, pero claro, él que puede, porque tiene patines y por ello una superficie de contacto muy reducida. La distancia entre mi tren principal y el de cola desaconseja que lo intente, aunque llego a presentarlo en estacionario en el taburete y tocar con el tren principal.
El sargento que controlaba el robot antibombas se animó a jugar con el lama, persiguiéndolo con su brazo robot y yo revoloteando el Comanche a su alrededor. Por lo que dice, visto desde las cámaras del robot fue un espectáculo.
Los pequeños retos se convirtieron en un "a que no lo aterrizas ahí" o un "a que no lo pasas por tal sitio", y fui probando. Lo más heavy fue cuando el robot levantó en alto un cubo de basura boca abajo y nos pidió que aterrizáramos los Lama ahí arriba. Era como intentarlo en un pequeño helipuerto a tres metros y medio del suelo. Primero lo hizo Toni con su x-Treme. Lueho lo hice yo. Nos alternamos varias veces aterrizando ahí arriba, y lo conseguimos en todas las ocasiones.
Luego decidí meterlo en la pequeña discoteca que habían montado los de modding. El espacio lateral para volarlo era justito, pero fue interesante el ver el efecto estroboscópico sobre las palas, y sobretodo, ver cómo aspiraba el humo del generador. Luego levantaron las persianas de la disco y lo entré y saqué por allí. Metieron música y lo hice bailar, guiñando por tiempos de acuerdo a la canción. La batería pedía cambio a gritos y me lo llevé al obligado descanso de 10 minutos entre vuelo y vuelo.
Lo llevé entonces de nuevo por la zona del bar. Tras aterrizarlo de mesa en mesa sin problemas, me aburrí y lo hice pasar por debajo de una mesa sin sillas. Lo conseguí 7 de 10 veces. Tenía sed, así que lo elevé, lo aterricé en la barra, y me pedía alguna bebida fresca...
Siempre que veía chicas de buen ver, las perseguía a distancia con el heli, o cerca de ellas les hacía un estacionario con translación lateral lenta, apuntándoles el morro en todo el proceso, y se reían con el invento. Algunas con minifalda echaban a correr si volaba bajo, porque creían que llevaba cámara, como algunos hicieron en sus coches RC.
Aprendí a saludar con el heli, a base de hacer cabeceos fuertes, sin llegar a provocar contacto entre palas o de flybar con palas. Cuando quería saludar a alguien, se lo ponía de cara, cabeceos, metía gas para mantenerlo, estacionario, pedal derecho y seguir adelante. Debe haber decenas de fotos de saludos así, pero lo que no sé es dónde están esas fotos.
Un día lo pasé entero durmiendo tras empalmar toda la noche, y al día siguiente no estaba cuando el equipo de Informe Semanal de TVE estaba rodando. Toni sí estaba, y bien que apareció con su X-Treme por la Tv...
El descanso me vino tan bien a mí como a las baterías de mi Comanche. Parecía que volvían a durar más.
Luego vino el que para mí fue el reto máximo. El INTA tenía un gran monitor soportado por 4 barrotes separados por medio metro. Lo pasé por debajo sin problemas. Luego me dijeron si no podía pasarlo por encima, con apenas 40 centímetros de margen vertical. Lo presenté a la zona de paso, lo oriento... AHORA! Lo pasé y tuve que correr para verlo desaparecer tras el monitor. Seguía en vuelo. Lo aterricé, me giré y... la gente me aplaudió!
El día de la competición de dirigibles me llevé a la ciudad de las artes el Comanche además del Zeppelin. El equipo de simulación lo usamos para volar por el circuito y detectar chorros de aire, cosa que también vieron los demás equipos y que luego aprovecharon bien.
Entre carrera y carrera, lo sacaba a volar por la zona de robótica, que estaba tan llena de gente que decidí limitarme a sobrevolar el circuito en hipódromo destinado a robots. El hecho atrajo a curiosos, pero claro, metido en el contexto, algunos creyeron que el heli era un robot autónomo.
Me lo llevé de vuelta a la zona de vuelo de Zeppelines, donde con cinta aislante pinté una H en tierra y lo usaba de helipuerto privado. Fue genial despegarlo de ahí y tras cada vuelo devolverlo a ese punto...
Terminada la competición de zeppelines, lo volé para la cámara, pero esta vez detrás de la presentadora y a distancia prudencial, con éxito total en translaciones laterales. Lo volé cerca de lso otros zeppelines, para gan perocupación de sus pilotos, pero la agilidad del helicóptero era muy superior y no contacté con alguno, por más que a veces había dos o tres en vuelo cercano.
En deferencia al equipo ganador, le dejé volar el Comanche al piloto del dirigible de modding, y la verdad, la habilidad de ese tío no era normal. En su primer vuelo con el comanche, lo mantuvo en estacionario perfecto, lo movió un poco, lo elevó y lo bajó, y no se ostió. Aunque yo estaba prepararo para agarrarlo en caso de caída.
De vuelta al recinto de la campus, seguían las preguntas de todo el mundo que se me acercaba. Llegó un punto que me llegaron a pedir prestado el cargador. No vi otros Lama volar sueltos, pero me encontré con un chico que tenía otro Comanche nuevo, todavía con el tren y las palas de serie. Los volamos juntos en el área de Bloggers, pero nos interferíamos mutuamente demasiado con el rebufo y no nos elevamos mucho.
Mi Comanche presentaba ya un corte en el carenado frontal que llegaba hasta el cristal de cabina, y había perdido el estabilizador horizontal de cola cuando se me cayó en parado de la mesa sin querer, y no se me ocurrió otra cosa que agarrarlo de ahí.
Hice un vuelo de despedida el sábado, y ahí terminó la aventura campusera del pequeño, acabando no intacto pero sí entero y funcionando. Sé que un buen puñado de los que me preguntaban se animarán, se comprarán uno, y habrá quien lo deje por ostiarse demasiado, pero algunos saldrán adelante y acabarán volando bien. Nos veremos en la campus del año que viene!