Ahora os voy a contar el lugar más difícil donde he volado
Fue en Galicia, en uno de los típicos montes cercanos a Villagarcía lleno de pinos. Había un hueco entre los árboles de una obra que estaban haciendo, y justo a la derecha de este hueco una carreterita muy estrecha, con pinos a un lado y una valla metálica de metro y medio de altura al otro.
Logré despegar al segundo intento. La primera vez, el avión giró sobre si mismo al acelerar, y casi me trago la valla. La segunda vez aceleré y lo saqué limpiamente por debajo de los pinos y sobre la valla. Luego volé rodeando el hueco de árboles mientras hacía alguna figura. Era muy divertido sobrevolar los pinos y luego picar el avión en el hueco, hacer una pasada baja por donde estabamos, y volver a subir en vertical para esquivar otra vez los árboles. Luego hice un cuchillo, un martillo, unos toneles, vuelo invertido... Como me estaban animando, me envalentoné más de la cuenta quizás.
El aterrizaje también fue muy divertido... tenía que picar el avión después de los árboles, enderezarlo cerca del suelo, frenar todo lo posible, y posarlo en una zona plana muy pequeña (tan pequeña que no pensé que podría despegar desde ahí). Todo se complicaba porque después de la supuesta pista, había unos metros de sembrado y otra vez árboles.
Al final, después de tres pasadas rasantes sobre la esplanada, terminé en el sembrado, esta vez pescando pimientos de Padrón.
Sólo se rompió un poco el tren, nada serio.
Por cierto, estaba con el dueño de la finca, que además fue de los que más insistió en que quería ver volar el avión. En qué momento se me ocurrió decirle: Si me encuentras un buen sitio...
Un saludo