- Mié, 28 Jun 2006 21:00
#260733
Después de muchos meses parado por unos motivos u otros, ayer tuve por fin la oportunidad de estrenar mi Sagitta (versión nueva, no el antiguo de Carrera). El bicho es este:
La idea inicial era volarlo en una ladera de hierba (Pastoriza, para los de la zona), pero al llegar allí no me dió buena sensación. Es una ladera rara donde he volado a pura térmica durante horas el Easy glider, pero a veces, con el viento bien encarado, no sustenta. Lance el Easy para probar y en efecto, se hundía como una piedra. Aterrizar y al coche toca, aquí desde luego no va a ser (en esta ladera si te hundes caes en un bosque allá abajo).
Con ganas de volar, me dirigí entonces a una ladera que no había probado nunca llamada Costa da Vela. Es una ladera costera donde se vuela (y se aterriza) desde el camino, una pista ancha y lisa de tierra compacta... con sus buenas piedras sueltas. Salió primero el Easy para probar el aire y ensayar el aterrizaje, el viento estaría entre 8 y 12 km/h en ese momento. Tras un vuelito de cinco - diez minutos, toma sin novedad y hora de la verdad...
Tras montar el Sagitta hago una prueba de radio y se queda algo justo. Solucionado sacando la antena fuera, no me gusta mucho, pero qué remedio. Dos trocitos de celo y listo.
A punto de lanzar, noto que tengo el estómago hecho un nudo, el Sagitta es muy pesado (de fábrica) y el Easy no es que subiera como un cohete en la ascendencia que había. Mejor le meto un poco de camber, porsiaca.
¡Por fin lo lanzo! en un instante, todas mis dudas desaparecen, el Sagitta toma altura como si fuera en ascensor, levantando ligeramente el morro. Falta compensación de cola al camber, lo quito y queda en una senda de vuelo perfecta, sin un toque de trim.
Me tiro a hacer largos mientras me relajo un poco. La estampa en vuelo es preciosa, muy elegante, y parece que nada le cuesta. Los recorridos bien, CG parece estar en su sitio o casi... le meto réflex y acelera con ganas, pero también le falta compensación de profundidad y pica bastante. Lo quito y dejo el tema de correr para el siguiente vuelo, con los ajustes hechos.
Poco a poco me animo, unos virajes tipo f3f, unas caídas de ala... parece retener muy bien la energía. Los rizos perfectos, y cogiendo algo de velocidad antes, enoooormes, llenando el cielo con la figura. El tonel es rápido y limpio, el invertido sin problemas. No hay mucho aire y es el primer vuelo, así que no me animo con el ocho cubano ni nada similar. De momento, sólo tomar contacto.
Los frenos en butterfly se hacen notar, aunque no tengo experiencia con este tipo de frenado, se ve claramente cómo el avión disipa energía y se queda rápidamente. Hago un par de pasadas de aproximación y alguna rápida, notando que el avión es completamente silencioso, ni un silbido. Sé que no es un ala hueca, pero es una pena, es tan bonito oírlos silbar...
Tras unos 45 minutos de vuelo hago un par de ensayos al aterrizaje y al tercero lo pongo en la pista suavemente. Acostumbrado a aterrizar en hierbajos y tojos no estoy acostumbrado a que el avión se deslice varios metros antes de detenerse, y en ese momento me acuerdo: Me había olvidado de colocar las carenas de los servos!
Resultado: toma perfecta, pero carreteo por la pista de piedros... un brazo de servo roto, con su varilla y escuadra desaparecidos. El servo bien, son todos de piñonería metálica. Pese al pequeño incidente, estoy feliz, y me quedo un buen rato con cara de bobo mirando el avión, la ladera, el mar, y acordándome de que es martes, día de curro, y que estoy dándome un laderazo al sol en vez de estar en el trabajo, sin estar de vacaciones... A veces la vida me sonríe!
Una foto de la ladera con el móvil. Arriba se ve la pista desde la que se vuela:
La idea inicial era volarlo en una ladera de hierba (Pastoriza, para los de la zona), pero al llegar allí no me dió buena sensación. Es una ladera rara donde he volado a pura térmica durante horas el Easy glider, pero a veces, con el viento bien encarado, no sustenta. Lance el Easy para probar y en efecto, se hundía como una piedra. Aterrizar y al coche toca, aquí desde luego no va a ser (en esta ladera si te hundes caes en un bosque allá abajo).
Con ganas de volar, me dirigí entonces a una ladera que no había probado nunca llamada Costa da Vela. Es una ladera costera donde se vuela (y se aterriza) desde el camino, una pista ancha y lisa de tierra compacta... con sus buenas piedras sueltas. Salió primero el Easy para probar el aire y ensayar el aterrizaje, el viento estaría entre 8 y 12 km/h en ese momento. Tras un vuelito de cinco - diez minutos, toma sin novedad y hora de la verdad...
Tras montar el Sagitta hago una prueba de radio y se queda algo justo. Solucionado sacando la antena fuera, no me gusta mucho, pero qué remedio. Dos trocitos de celo y listo.
A punto de lanzar, noto que tengo el estómago hecho un nudo, el Sagitta es muy pesado (de fábrica) y el Easy no es que subiera como un cohete en la ascendencia que había. Mejor le meto un poco de camber, porsiaca.
¡Por fin lo lanzo! en un instante, todas mis dudas desaparecen, el Sagitta toma altura como si fuera en ascensor, levantando ligeramente el morro. Falta compensación de cola al camber, lo quito y queda en una senda de vuelo perfecta, sin un toque de trim.
Me tiro a hacer largos mientras me relajo un poco. La estampa en vuelo es preciosa, muy elegante, y parece que nada le cuesta. Los recorridos bien, CG parece estar en su sitio o casi... le meto réflex y acelera con ganas, pero también le falta compensación de profundidad y pica bastante. Lo quito y dejo el tema de correr para el siguiente vuelo, con los ajustes hechos.
Poco a poco me animo, unos virajes tipo f3f, unas caídas de ala... parece retener muy bien la energía. Los rizos perfectos, y cogiendo algo de velocidad antes, enoooormes, llenando el cielo con la figura. El tonel es rápido y limpio, el invertido sin problemas. No hay mucho aire y es el primer vuelo, así que no me animo con el ocho cubano ni nada similar. De momento, sólo tomar contacto.
Los frenos en butterfly se hacen notar, aunque no tengo experiencia con este tipo de frenado, se ve claramente cómo el avión disipa energía y se queda rápidamente. Hago un par de pasadas de aproximación y alguna rápida, notando que el avión es completamente silencioso, ni un silbido. Sé que no es un ala hueca, pero es una pena, es tan bonito oírlos silbar...
Tras unos 45 minutos de vuelo hago un par de ensayos al aterrizaje y al tercero lo pongo en la pista suavemente. Acostumbrado a aterrizar en hierbajos y tojos no estoy acostumbrado a que el avión se deslice varios metros antes de detenerse, y en ese momento me acuerdo: Me había olvidado de colocar las carenas de los servos!
Resultado: toma perfecta, pero carreteo por la pista de piedros... un brazo de servo roto, con su varilla y escuadra desaparecidos. El servo bien, son todos de piñonería metálica. Pese al pequeño incidente, estoy feliz, y me quedo un buen rato con cara de bobo mirando el avión, la ladera, el mar, y acordándome de que es martes, día de curro, y que estoy dándome un laderazo al sol en vez de estar en el trabajo, sin estar de vacaciones... A veces la vida me sonríe!
Una foto de la ladera con el móvil. Arriba se ve la pista desde la que se vuela: