Sí, hubo testimonio gráfico del evento. No he podido arregrar las fotos antes.
El día era el preámbulo de lo que ha sido toda la semana, muy desapacible, pero allí estábamos unos cuantos incondicionales que nos habíamos propuesto que Pelayo recordase este día de Reyes.
A mi me vais a perdonar, pero voy a poner unas cuantas fotos sin aviones. Los aviones están dentro de nosotros. En esta primera están Fidel, Simón, Isaac, Pelayo, Jorge, Gerardo y Blanca (lo siento por Estefanía que estaba fuera de foco, detrás de Blanca).
Pelayo recibe un regalo de un maletín para que pueda llevar al campo la emisora, baterías y equipo de reparación y puesta a punto en el campo. Era de segunda mano, Pelayo lo sabía pero le ha venido bien.
Se lo entrega Isaac, presidente del Club El Ferre, al que pertenece Pelayo.
Y una pequeña caja de pesca para que pueda tener ordenadas en su casa las clavijas, tornillería, bisagras, ..... con unas cuantas muestras en el interior.
Para la entrega del Parkmaster, Isaac requirió la presencia del patrocinador RC Limits (Juanjo), que como no estaba fue representado por Gerardo.
No me pareció extraño que Pelayo se emocionara mientras leía un mensaje que Juanjo le había colocado en la caja, lo que me ilusionó es que tampoco los mayores habíamos perdido la capacidad de emocionarnos también. Es que Pelayo llevaba ahorrando lo indecible para comprárselo y de repente pudo percibir que estábamos orgullosos de que nos vaya dejando atrás.
Finalmente Juanjo llegó y, gran experto en tartas, testificó que la tarta que había preparado la abuela de Pelayo era de categoría superior.
(Bueno, sobraron un par de trozos y me los tuve que llevar en el tuper a casa para poder demostrar que yo también había estado alli).
Para vivir así, es mejor no morirse.