Por Fernando Bielsa - Lun, 03 Feb 2020 10:17
- Lun, 03 Feb 2020 10:17
#1402737
Al girar los motores en el mismo sentido, he realizado cada paso del arranque de forma secuencial, de forma que el primero en cebar es el izquierdo, luego el derecho, y el último en arrancar es el derecho, tras haberlo hecho el izquierdo; el motivo no es otro que el de evitar caer sobre un motor en marcha al abalanzar nuestro cuerpo en la manotada a la hélice.
Mejor asegurar el avión con un ayudante por cada cola o fuselaje, ya que la profundidad es demasiado grande para ser abarcada con seguridad por una persona y las alas quedan muy cerca de las hélices.
Los primeros vuelos hay que dedicarlos a calibrar el giróscopo en previsión de una eventual parada de motor, rogando para que esto no ocurra antes de su ajuste. Así que, nos proponemos realizar un primer vuelo conservador que permita “trimar” debidamente el modelo, aterrizar seguidamente, resetear el giróscopo y volver al aire para realizar tres pasadas a medio gas para dar tiempo al ajuste de cada uno de los ejes, tal y como aconseja el fabricante del i-Gyro®.
Calentamos motores y comprobamos su perfecto funcionamiento. Los dos MVVS ahora sí que responden a la perfección, con un sonido al entrar en resonancia que nos parece música celestial. El carreteo por la pista se realiza sin dificultad gracias a su tren triciclo, con una prueba de frenado progresivo bastante realista, por lo que, tras la toma de contacto con el mismo, procedemos a colocar el avión en cabecera con flaps a 10 grados y giróscopo apagado.
En este momento, no puedo evitar que la incertidumbre me invada, pero rápidamente me sobrepongo ante la lógica de haber repasado todo con antelación y realizado mis apuestas. La aceleración progresiva del despegue demuestra potencia adecuada, controlando muy bien con la rueda y deriva el efecto del par motor. Ya con velocidad, tiramos de la profundidad y el avión rota limpiamente, levantando el vuelo de forma majestuosa tras treinta metros de carrera.
Realizo el primer giro con ayuda de deriva, lo cual facilita la maniobra, y estabilizo el modelo tras recoger el tren y los flaps. El avión transmite confianza, es muy noble al mando y va sobre raíles, aunque, eso sí, vuela bastante rápido.
Por ahora, nos centramos en el “trimado” a medio gas para conseguir un vuelo recto y sin vicios, lo cual consigo tras rectificar tres puntos de alerón a derechas; sorprendentemente, no precisa ajuste de deriva ni de profundidad, por lo que el cálculo del centro de gravedad es plenamente satisfactorio.
Más tranquilos, toca trimar la mezcla de flap/profundidad cara el obligado aterrizaje, lo cual viene facilitado por la asignación independiente del trim para cada posición de flap. Tras unos cuantos circuitos de comprobación y alguna pasada por la pista, preparo el aterrizaje con la mezcla ajustada de flaps y profundidad, que se muestra adecuada también al extraer el tren.
El avión se aproxima estable a tercio de gas, el cual reduzco lentamente conforme el suelo se aproxima, levanto el morro y el avión se posa suavemente sobre el tren principal con bastante aplomo, aunque con velocidad. Mejor asegurar en este primer intento. Como aterrizo preventivamente sobre la parte de hierba, no preciso usar los frenos, aunque es de esperar que serán necesarios sobre la pista de asfalto para detener totalmente el modelo.
Ya os comentaré sobre el segundo vuelo cuando tenga el vídeo totalmente editado.
Saludos.
Mejor asegurar el avión con un ayudante por cada cola o fuselaje, ya que la profundidad es demasiado grande para ser abarcada con seguridad por una persona y las alas quedan muy cerca de las hélices.
Los primeros vuelos hay que dedicarlos a calibrar el giróscopo en previsión de una eventual parada de motor, rogando para que esto no ocurra antes de su ajuste. Así que, nos proponemos realizar un primer vuelo conservador que permita “trimar” debidamente el modelo, aterrizar seguidamente, resetear el giróscopo y volver al aire para realizar tres pasadas a medio gas para dar tiempo al ajuste de cada uno de los ejes, tal y como aconseja el fabricante del i-Gyro®.
Calentamos motores y comprobamos su perfecto funcionamiento. Los dos MVVS ahora sí que responden a la perfección, con un sonido al entrar en resonancia que nos parece música celestial. El carreteo por la pista se realiza sin dificultad gracias a su tren triciclo, con una prueba de frenado progresivo bastante realista, por lo que, tras la toma de contacto con el mismo, procedemos a colocar el avión en cabecera con flaps a 10 grados y giróscopo apagado.
En este momento, no puedo evitar que la incertidumbre me invada, pero rápidamente me sobrepongo ante la lógica de haber repasado todo con antelación y realizado mis apuestas. La aceleración progresiva del despegue demuestra potencia adecuada, controlando muy bien con la rueda y deriva el efecto del par motor. Ya con velocidad, tiramos de la profundidad y el avión rota limpiamente, levantando el vuelo de forma majestuosa tras treinta metros de carrera.
Realizo el primer giro con ayuda de deriva, lo cual facilita la maniobra, y estabilizo el modelo tras recoger el tren y los flaps. El avión transmite confianza, es muy noble al mando y va sobre raíles, aunque, eso sí, vuela bastante rápido.
Por ahora, nos centramos en el “trimado” a medio gas para conseguir un vuelo recto y sin vicios, lo cual consigo tras rectificar tres puntos de alerón a derechas; sorprendentemente, no precisa ajuste de deriva ni de profundidad, por lo que el cálculo del centro de gravedad es plenamente satisfactorio.
Más tranquilos, toca trimar la mezcla de flap/profundidad cara el obligado aterrizaje, lo cual viene facilitado por la asignación independiente del trim para cada posición de flap. Tras unos cuantos circuitos de comprobación y alguna pasada por la pista, preparo el aterrizaje con la mezcla ajustada de flaps y profundidad, que se muestra adecuada también al extraer el tren.
El avión se aproxima estable a tercio de gas, el cual reduzco lentamente conforme el suelo se aproxima, levanto el morro y el avión se posa suavemente sobre el tren principal con bastante aplomo, aunque con velocidad. Mejor asegurar en este primer intento. Como aterrizo preventivamente sobre la parte de hierba, no preciso usar los frenos, aunque es de esperar que serán necesarios sobre la pista de asfalto para detener totalmente el modelo.
Ya os comentaré sobre el segundo vuelo cuando tenga el vídeo totalmente editado.
Saludos.
El primer 90% de un proyecto es divertido; el segundo 90% es terminar con la construcción y los detalles; el tercer 90% es hacer que todo funcione correctamente