No seré yo quien corrija el motivo que oficialmente expresó la organización para la entrega de la única copa de la concentración. Pelayo ya lo ha dicho: por ser el más joven.
Pero verás, Pelayo, yo puedo decir lo que escuché a varios pilotos: te tocó volar en el momento en que claramente la velocidad del viento desaconsejaba el vuelo, saliste sin rechistar y deleitaste a pilotos y público con una exhibición con el avión más pequeño de los participantes y realizaste una tabla 3D muy meritoria y donde se podía apreciar que te lo estabas pasando muy bien. Y fuiste muy aplaudido.
Pelayo, yo era el más viejo y no me dieron nada, porque no puede darse premio por una circunstancia relacionada con la edad. Podían haber dado el premio a la astilla más grande o por otro motivo, pero te lo dieron a tí, y tú pudiste percibir en el semblante de muchos de esos pilotos a los que admiras y que hicieron proezas mayores que las tuyas, que estaban totalmente de acuerdo.
Y como pienso que la Organización acertó y lanzó un mensaje a todos con esa entrega, yo quiero dejar reflejado el instante en que todo el mundo te hizo posar. Y como yo también estaba allí pues dejo constancia del momento.
Ya también acabo de llegar. Aquí se van a colgar muchas fotos. Yo voy a ocupar sólo unos kas más con esta otra foto realizada por Blanca donde aparece el
Equipo de los Pelayinos, de izquierda a derecha: Iván, Pelayo (agachado), Fidel, Jorge, Gerardo, Ulpiano, Fernando y Juan Carlos
No haré ningún comentario sobre la excelente organización del evento y el alto nivel de los participante. Muchos son amigos míos y se me notaría que me pasaría.
Sí que quiero dar especialmente las gracias al responsable del aerodromo, quien lo puso a nuestra entera disposición, yo creo que gracias al buen hacer y relación personal entre él y los miembros del Club Alas del Páramo.
Para vivir así, es mejor no morirse.