- Mié, 28 May 2008 9:36
#678122
Lo primero y mas importante es ajustar la aguja de alta correctamente ya que esta es la que manda en la carburación del motor.
Ajuste de la aguja principal o de alta. Se arranca el motor y se abre al máximo el barrilete, en esa situación hay que hacer que el motor adquiera el máximo posible de revoluciones, según hélice y combustible usado, para ello vamos cerrando o abriendo la aguja hasta conseguirlo, esto ultimo de abrir es mas raro que se de, ya que veremos que el motor se para sin alcanzar el máximo, es importante que esto se haga con el morro del avión mirando al cielo, ya que va a ser la peor situación posible para la carburación. Llegados al punto de máximo rendimiento, es conveniente abrir la aguja dos o tres clicks, para evitar que el motor se sobrecaliente por ir al limite.
Ajuste de la aguja de baja. Esta se ajustará una vez hayamos hecho lo propio con el alta, ya que tal y como he comentado es la que se encarga de la alimentación general del motor.
El objeto de la regulación de la aguja de baja es el de conseguir el mínimo de rpm posibles sin que el motor se pare, que es lo que denominamos ralenti, que este sea estable y que la transición del ralenti al máximo del motor sea lo mas estable y regular que sea posible.
Síntomas del motor y defectos en la regulación
Defecto .-Aguja de baja abierta
Sintomas.- el motor al ralenti poco a poco va bajando de rpm, incluso llegando a pararse. Al acelerar el motor parece que se inunda, duda en acelerar y poco a poco va cogiendo revoluciones hasta llegar al tope, aunque es posible que por inundación se pare.
Corrección.- Cerrar la aguja
Defecto.-Aguja de baja cerrada
Sintomas.- el motor al ralenti poco a poco va subiendo de revoluciones, no se logra un ralenti bajo. Al acelerar el motor respira un exceso de aire y se para.
Correccion.- Abrir la aguja
La actuación sobre la aguja de baja debe ser progresiva y lenta ya que presenta más sensibilidad de ajuste que la de alta.
Sarcophilus Laniarius
http://www.clubdiedro.com/
Sorprendente revelación: ¡escribir correctamente no hace daño!