Sigo relatando la experiencia.
El DA-120 arranca con una facilidad asombrosa y, a ralentí, el avión no se desplaza sobre el asfalto, a pesar de la hélice Falcon 28x12, lo cual favorece los preparativos del remolque. Sin pasar de medio gas, en menos de 15 metros el avión se encuentra en el aire. Os pongo el enlace a un pequeño vídeo que me grabaron sobre la marcha. No había previsto filmación reglada.
https://youtu.be/dREh6GP87g8
No tengo nada que añadir a las excelentes cualidades de vuelo que se le suponen al modelo. Realmente vuela francamente bien, responde fielmente al mando y realiza maniobras acrobáticas elementales sin problema, gracias a su estudiado diseño y a la potencia del motor. Es curioso cómo silban las superficies al accionar mínimamente los alerones, tal y como hacen muchos “todo fibra”.
Los recorridos recomendados son totalmente fiables, aunque algo exagerados en profundidad, para mi gusto. Tan sólo tuve que corregir algo a subir, ya que el avión tiende a caer de morro. Como es habitual en muchos fabricantes, el CG tiende a ser conservador, por lo que he tenido que contrapesar con 130 gramos en la cola. Seguramente, si se montan las baterías principales algo más retrasadas se podrá prescindir de ese lastre, pero eso es algo que realizaré tras los primeros vuelos de asentamiento de la mecánica del motor.
En cuanto al aterrizaje, albergaba ciertas dudas con la velocidad de entrada, ya que, en todos los vídeos vistos, el avión lo hace bastante rápido y con tendencia al desplome final si se cuelga demasiado, sobre todo si lo comparamos con mi Bidule 116. Además, el día de la prueba el viento brillaba por su ausencia.
Sin embargo, nada más lejos de los esperado. Aunque con los flap en deflexión máxima, penetra rápido en la senda de descenso, en el momento que se le sujeta para frenarlo, el avión prolonga dócilmente el planeo sin amago de entrar en pérdida, posándose en el suelo con una suavidad envidiable y una velocidad muy reducida. Indudablemente, el menor peso final conseguido ha sido todo un acierto. No me cansaré de repetir lo importante que es esto en un remolcador destinado a múltiples despegues y aterrizajes en una sesión.
Una vez en el suelo, la velocidad es controlable y puedo reducir su inercia en el asfalto sin problema, asunto que no es tan sencillo en otros remolcadores sin ayuda de la hierba o de algún sistema de frenado adicional.
Los siguientes vuelos fueron para ajustar correctamente el giróscopo integrado en la centralita Mercury SRS, lo cual se efectúa sin mayor problema, obteniendo una ganancia del 45% en los alerones y profundidad. Con ello, se consigue un vuelo limpio y sin sobresaltos, prescindiendo de la mezcla de profundidad al accionar los flap en el aterrizaje, ya que el giróscopo se encarga de realizar la compensación necesaria.
En cuanto al ruido del motor, es cierto que la ausencia de “canister” se nota, y hace menos atractivo el vuelo, pero su intensidad es mucho menor de lo imaginado y es perfectamente asumible. A cambio, disponemos de una máquina mucho más efectiva para el remolque por la relación peso/potencia.
Espero poneros pronto algún vídeo del remolque.
El primer 90% de un proyecto es divertido; el segundo 90% es terminar con la construcción y los detalles; el tercer 90% es hacer que todo funcione correctamente