- Mar, 02 May 2006 13:36
#227930
Hola a todos. Ayer me pasó algo de eso que te hece irte a casa con sabor amargo en la boca.
Estuve en el campo de vuelo pero en lugar de ir por la mañana (gente, buen ambiente y bronca en casa por no ir con los críos a dar una vuelta) fui por la tarde (nadie o casi nadie y tranquilidad matrimonial).
Estuve volando mi Calmato Sports y me llevé el Canary para que siguiera soltándose mi hijo (7 años) y mi sobrino (11).
Hicimos 4 vuelos con el canary y el Calmato se chupo un par. No vuelo mal aunque no hago filigranas pero me jacto de aterrizar bastante suave: si voy sobrado o justo, prefiero otra vuelta y entrar mejor. Hasta ahora nunca he roto por un aterrizaje mal hecho.
El caso es que cuando estabamos recogiendo, llego un chaval con su mujer y un recién acabado Classic de Phoenix (entrenador de ala alta). Me dijo que era la primera vez y que si se lo podía sacar. La primera respuesta fue no. Pero luego, tras ver su cara, me acordé de las veces que otros miembros del club me habían ayudado cuando empecé. Así que le pregunté quién había montado el avión. Me respondió que ya lo había llevado al campo en dos o tres ocasiones y que otros socios le habían dado consejos, le habían ayudado a finalizarlo y le habían rodado el motor con un litro de combustible. Al final, dije que sí.
Me pegué 15 minutos repasando todo: CG, ajuste de superficies (el alerón lo llevaba invertido), recorridos, mil preguntas de si haía empleado epoxy aquí y allá, etc.
Cuando todo estuvo listo hicimos una prueba de alcance de radio. Todo bien (ojalá no hubiera ido bien).
La primera en la frente: el motor no arrancaba. Le había puesto un 46 LA y después de rodarlo le había cerrado el alta a tope y la había abierto a ojímetro en ese momento. Bueno, si hubiera sido uno de mis motores le hubiera dado más caña con el arrancador (la posición que llevaba de hélice era de pena para tirar de manita y habiendo arrancador pues eso, que no rectificamos la posición de la hélice). Suelta bujía, desahoga, etc de nuevo. Al final arrancó.
Como el motor estaba nuevecito (1 litro no me parece mucho para un rodaje) lo afiné y luego lo dejé un poco graso. Mejor que vayas con el motor graso (que te sobra motor, le dije, je, je) hasta que vayas soltándolo y poco a poco ya lo afinarás más.
Bajo stick y el motor se para. Miro el barrilete y cerrado con el trim a tope. Como su emisora no tiene ATV le digo que tiene que ajustar el recorrido de ese servo y que mejor no volar. Al final digo, venga lo sacamos pero no se puede cortar gas. Pensé para mi que si iba a llevar el motor graso y en ese entrenador tampoco me haría falta cortar gas del todo.
Me temblaban las rodillas cuando lo llevamos a la cabecera. Últimos ajustes, prueba de mandos (el chaval estaba ya a punto del desmayo de emoción y yo al borde del síncope) y a rodar.
Primer problema: el tren delantero lo llevaba fijo (lo había pegado con epoxy ¿?) así que hasta coger velocidad el timón no mandaba y al bicho le costaba coger velocidad. Se me había olvidado decir que el campo de vuelo es un patal de mil pares de narices, con unas "lechugas" que dan miedo. Así que eso tampoco ayudaba.
Al final el avión cogió velocidad, levantó un poco el morro y al aire. JOER!!!!!. Entre que llevaba poca velocidad y no sé qué, aquello era inestable de narices. Las deflexiones de mando eran excesivas, la hélice, como mucho una 9", no tiraba del avión, vamos que una cabra loca en el despegue.
Salió y le dejé coger velocidad, pero el motor no tiraba bien de ese avión. Así que le dije al chaval que prefería bajarlo y afinarlo un poco o dejarlo para otro día con deflexiones más "suaves". No lo iba a poder levantar mucho con ese conjunto de hélice-carburación y dejar un avión a un novato con un stick que no puede ir abajo, un comportamiento de cabra loca y un "empuje" justo no me parecía la meor idea.
El pobre sufridor me dijo que tranquilo, que le bastaba con haberlo visto volar. Así que vuelta y a casa.
Y ahora empiezan los problemas. No había viento y con un stick que no puedes bajar y sin potencia, no quería perder la poca velocidad que había cogido pero que era excesiva para el patatal corto que tenemos como pista. ASíq eu una pasada sin entrar. Como no me fío del motor me lo llevo un poco más lejos pero sin atreverme a cortar gas para que no se pare y sin poder coger mucha altura porque entra muy fuerte (lleva 300 g de contrapeso en el morro según me ha dicho porque el CG se le quedaba atrás). Así que conservando velocidad, con 300 g de plomo y con el depósito lleno, el avión es bastante cabezó y entra muy rápido.
En la segunda decido que va bien pero que aún va fuerte. En la tercera encarada va muy bien y entra flotón. Bajo stick en cabecera de pista, el motor se para y flota de miedo. Va a aterrizar de coj.... Toca el suelo como una seda, empieza a rodar y PLAF. METE EL MORRO Y ALGO SALTA. O ¿ALGO SALTA Y METE EL MORRO?.
Gracias a Dios no capota. Corremos hacia el bcho y está integro (¿seguro?). ALguna vez algun bache o rodera me ha hecho dar unos botes, tocar suelo con la hélice y picar morro, pero nunca tan a lo bestia como esta vez. Al final, levantamos el avión y VOILA: NO HAY TREN DELANTERO.
No me preguntéis cómo, pero al aterrizar, en algún bache, (y os aseguro que entró suavísimo) el tren lejos de coblarse (algo habitual y para eso está el "muelle") se había partido. Pero mi miedo (arrancada de cuaderna) no se había materializado. No. Había roto limpiamente el alojamiento yyyyyyyyy LA PATA. No sé que diámetro tiene, pero calculo que entre 3 y 4 mm de acero. El corte era tan limpio que parecía que lo hubieran serrado. No se había doblado lo más mínimo, era un arrancamiento con rotura limpísimo.
Os podéis imaginar el careto de todos. El chaval se volvió con un avión sin tren delantero y dispuesto a arreglarlo y con mil consejos de recortar deflexiones, ajustar un poco más el motor, meter una 10x6 como mínimo, y yo me volví como si le hubiera roto la muñeca a mi hija.
Luego lo pensé y rememorando todo mi único error fue no haber afinado un poco más el motor. Pero por lo demás el vuelo fue razonablemente "bien". Entró bien y toco de fábula, pero el tren no aguantó. Y mi Canary, Calmato, Taxi y Aero 40 habían entrado mil veces más duro.
Consecuencia: no podía autodeclararme culpable pero me sentía de pena.
por la noche, en casa sintiéndome aún fatal, me di cuenta de la cantidad de veces que mis colegas del club han sufrido eso y lo mucho que se lo tengo que agradecer. Cada vez que le pedía a Antonio hace años (no tantos como quisiera) que sacara mi avión y él apechugaba con la responsabilidad del avión del novato.
A veces arrugaba el entrecejo cuando oía a algún veterano diciendo: NO, lo siento pero no te lo saco. Ahora entiendo y no puedo criticar.
Todos sabemos que los novatos necesitan que alguien despegue y aterrice sus entrenadores. Con doble mando o sin él, el avión tiene que ir al aire y volver. Así que ahora valoro a quienes me enseñaron. Antonio, Alberto, Pepe en Madrid, ...., todos habéis tenido arrestos de sacar un avión ajeno. Gracias.
¿Volveré a sacar el avión de alguien?. Buuf. Espero que no me lo pidan, pero por una temporada , no.
Estuve en el campo de vuelo pero en lugar de ir por la mañana (gente, buen ambiente y bronca en casa por no ir con los críos a dar una vuelta) fui por la tarde (nadie o casi nadie y tranquilidad matrimonial).
Estuve volando mi Calmato Sports y me llevé el Canary para que siguiera soltándose mi hijo (7 años) y mi sobrino (11).
Hicimos 4 vuelos con el canary y el Calmato se chupo un par. No vuelo mal aunque no hago filigranas pero me jacto de aterrizar bastante suave: si voy sobrado o justo, prefiero otra vuelta y entrar mejor. Hasta ahora nunca he roto por un aterrizaje mal hecho.
El caso es que cuando estabamos recogiendo, llego un chaval con su mujer y un recién acabado Classic de Phoenix (entrenador de ala alta). Me dijo que era la primera vez y que si se lo podía sacar. La primera respuesta fue no. Pero luego, tras ver su cara, me acordé de las veces que otros miembros del club me habían ayudado cuando empecé. Así que le pregunté quién había montado el avión. Me respondió que ya lo había llevado al campo en dos o tres ocasiones y que otros socios le habían dado consejos, le habían ayudado a finalizarlo y le habían rodado el motor con un litro de combustible. Al final, dije que sí.
Me pegué 15 minutos repasando todo: CG, ajuste de superficies (el alerón lo llevaba invertido), recorridos, mil preguntas de si haía empleado epoxy aquí y allá, etc.
Cuando todo estuvo listo hicimos una prueba de alcance de radio. Todo bien (ojalá no hubiera ido bien).
La primera en la frente: el motor no arrancaba. Le había puesto un 46 LA y después de rodarlo le había cerrado el alta a tope y la había abierto a ojímetro en ese momento. Bueno, si hubiera sido uno de mis motores le hubiera dado más caña con el arrancador (la posición que llevaba de hélice era de pena para tirar de manita y habiendo arrancador pues eso, que no rectificamos la posición de la hélice). Suelta bujía, desahoga, etc de nuevo. Al final arrancó.
Como el motor estaba nuevecito (1 litro no me parece mucho para un rodaje) lo afiné y luego lo dejé un poco graso. Mejor que vayas con el motor graso (que te sobra motor, le dije, je, je) hasta que vayas soltándolo y poco a poco ya lo afinarás más.
Bajo stick y el motor se para. Miro el barrilete y cerrado con el trim a tope. Como su emisora no tiene ATV le digo que tiene que ajustar el recorrido de ese servo y que mejor no volar. Al final digo, venga lo sacamos pero no se puede cortar gas. Pensé para mi que si iba a llevar el motor graso y en ese entrenador tampoco me haría falta cortar gas del todo.
Me temblaban las rodillas cuando lo llevamos a la cabecera. Últimos ajustes, prueba de mandos (el chaval estaba ya a punto del desmayo de emoción y yo al borde del síncope) y a rodar.
Primer problema: el tren delantero lo llevaba fijo (lo había pegado con epoxy ¿?) así que hasta coger velocidad el timón no mandaba y al bicho le costaba coger velocidad. Se me había olvidado decir que el campo de vuelo es un patal de mil pares de narices, con unas "lechugas" que dan miedo. Así que eso tampoco ayudaba.
Al final el avión cogió velocidad, levantó un poco el morro y al aire. JOER!!!!!. Entre que llevaba poca velocidad y no sé qué, aquello era inestable de narices. Las deflexiones de mando eran excesivas, la hélice, como mucho una 9", no tiraba del avión, vamos que una cabra loca en el despegue.
Salió y le dejé coger velocidad, pero el motor no tiraba bien de ese avión. Así que le dije al chaval que prefería bajarlo y afinarlo un poco o dejarlo para otro día con deflexiones más "suaves". No lo iba a poder levantar mucho con ese conjunto de hélice-carburación y dejar un avión a un novato con un stick que no puede ir abajo, un comportamiento de cabra loca y un "empuje" justo no me parecía la meor idea.
El pobre sufridor me dijo que tranquilo, que le bastaba con haberlo visto volar. Así que vuelta y a casa.
Y ahora empiezan los problemas. No había viento y con un stick que no puedes bajar y sin potencia, no quería perder la poca velocidad que había cogido pero que era excesiva para el patatal corto que tenemos como pista. ASíq eu una pasada sin entrar. Como no me fío del motor me lo llevo un poco más lejos pero sin atreverme a cortar gas para que no se pare y sin poder coger mucha altura porque entra muy fuerte (lleva 300 g de contrapeso en el morro según me ha dicho porque el CG se le quedaba atrás). Así que conservando velocidad, con 300 g de plomo y con el depósito lleno, el avión es bastante cabezó y entra muy rápido.
En la segunda decido que va bien pero que aún va fuerte. En la tercera encarada va muy bien y entra flotón. Bajo stick en cabecera de pista, el motor se para y flota de miedo. Va a aterrizar de coj.... Toca el suelo como una seda, empieza a rodar y PLAF. METE EL MORRO Y ALGO SALTA. O ¿ALGO SALTA Y METE EL MORRO?.
Gracias a Dios no capota. Corremos hacia el bcho y está integro (¿seguro?). ALguna vez algun bache o rodera me ha hecho dar unos botes, tocar suelo con la hélice y picar morro, pero nunca tan a lo bestia como esta vez. Al final, levantamos el avión y VOILA: NO HAY TREN DELANTERO.
No me preguntéis cómo, pero al aterrizar, en algún bache, (y os aseguro que entró suavísimo) el tren lejos de coblarse (algo habitual y para eso está el "muelle") se había partido. Pero mi miedo (arrancada de cuaderna) no se había materializado. No. Había roto limpiamente el alojamiento yyyyyyyyy LA PATA. No sé que diámetro tiene, pero calculo que entre 3 y 4 mm de acero. El corte era tan limpio que parecía que lo hubieran serrado. No se había doblado lo más mínimo, era un arrancamiento con rotura limpísimo.
Os podéis imaginar el careto de todos. El chaval se volvió con un avión sin tren delantero y dispuesto a arreglarlo y con mil consejos de recortar deflexiones, ajustar un poco más el motor, meter una 10x6 como mínimo, y yo me volví como si le hubiera roto la muñeca a mi hija.
Luego lo pensé y rememorando todo mi único error fue no haber afinado un poco más el motor. Pero por lo demás el vuelo fue razonablemente "bien". Entró bien y toco de fábula, pero el tren no aguantó. Y mi Canary, Calmato, Taxi y Aero 40 habían entrado mil veces más duro.
Consecuencia: no podía autodeclararme culpable pero me sentía de pena.
por la noche, en casa sintiéndome aún fatal, me di cuenta de la cantidad de veces que mis colegas del club han sufrido eso y lo mucho que se lo tengo que agradecer. Cada vez que le pedía a Antonio hace años (no tantos como quisiera) que sacara mi avión y él apechugaba con la responsabilidad del avión del novato.
A veces arrugaba el entrecejo cuando oía a algún veterano diciendo: NO, lo siento pero no te lo saco. Ahora entiendo y no puedo criticar.
Todos sabemos que los novatos necesitan que alguien despegue y aterrice sus entrenadores. Con doble mando o sin él, el avión tiene que ir al aire y volver. Así que ahora valoro a quienes me enseñaron. Antonio, Alberto, Pepe en Madrid, ...., todos habéis tenido arrestos de sacar un avión ajeno. Gracias.
¿Volveré a sacar el avión de alguien?. Buuf. Espero que no me lo pidan, pero por una temporada , no.
Mi hangar:
- Para mi: pocas cosas. Para mi mujer: demasiadas
- Para mi: pocas cosas. Para mi mujer: demasiadas