Hola Eloy:
No te importe lo de la motorización, en el fondo es solo cuestión de estética (y los "bigotes" tampoco quedan tan feos
).
Tú vas con el DG motorizado, te plantas en el borde de la ladera y te olvidas del mando del gas.
Envías tu velero al abismo (ya verás la sensación que sientes en el estómago
cuando comience a BAJAR) lo mantienes nivelado enfrentando el aire hasta que (bendito sea Eolo
) comienza a ganar altura.
A partir de allí un giro suave, siempre subiendo, y listo para ganar confianza haciendo ochos planos paralelo a la ladera, con los giros siempre en el sentido de alejarse de la ladera
.
Ya controlada la situación ve a por lo que tus dedos y el velero te permitan (loops, immelmans, toneles, ...).
Y, a la hora de aterrizar, gana altura, sobrevuela la ladera viento en cola teniendo cuidado de no pillar la succión de la contraladera, giro suave enfrentando el viento, aproximación y aterrizaje.
Cada ladera tiene lugares malditos con "rotores" (especies de espacios donde falta el aire y los veleros que están en velocidad crítica suelen aporrizar
), por lo tanto intenta que alguien que conozca la ladera te cuente sobre ellos.
Por supuesto en todo este rato el motor solo ha sido un "lastre" que ayudó a mantener el centro de gravedad en su sitio.
Claro que, si la cosa se pone complicada porque el "bicho" comienza a "descender a los infiernos", o calculas mal alguna aproximación a la ladera, o te quedas corto en la aproximación del aterrizaje... Allí estarán los antiestéticos y "poco deportivos" bigotes para girar y resolverte la papeleta.
Te aseguro que los veleros "enganchan", y que la ladera es una experiencia impresionante.
Suerte en el estreno y ya nos irás contando.
Un cordial saludo.
Gabriel.
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